Alcanzar un liderazgo integral de polaridades equilibradas requiere de un trabajo interior profundo que no todos los directivos se atreven a enfrenar.
Desde Beyond, nos dedicamos a impulsar el potencial de ser extraordinarios, tanto de personas como de organizaciones, buscando generar un impacto positivo en el ecosistema.
Gracias a la alianza que tenemos con sistema B, nuestro trabajo llega a toda Latinoamérica. El sistema B es el movimiento que están liderando las empresas de triple impacto: económicamente exitosas, que aportan valor a la sociedad y al medioambiente.
En estos momentos de desafíos como ahora con el COVID, buscamos una transformación empresarial, pero todavía tenemos un liderazgo tradicional que nos está frenando.
Hoy vamos a hablar de polaridades y de liderazgo integral. Para acompañarnos, invité a dos personas muy especiales, para que nos compartan sus experiencias:
Daniel Taroppio que es, ante todo, un mentor para mí. Estudié durante 4 años en su escuela.
Es un maestro del desarrollo personal, fundó Escuela de Psicología Transpersonal que está en 9 países. Desde muy joven, se sintió atraído hacia las culturas orientales. Su modelo de pensamiento está formado, justamente, en las polaridades. ¡Gracias, Daniel, por acompañarnos!
¿Qué necesitamos entender sobre polaridades, para mejorar nuestro liderazgo?
Lo primero que hay que entender es que la polaridad es un fenómeno cósmico. El único fenómeno que podemos imaginar como no polar, es lo que existía antes del “Big Bang”. Por eso los físicos lo llaman “la singularidad”. ¿Y por qué es singular? Porque no había plural; había Uno Solo.
A partir de que se produjo esa separación, todas las partículas resultantes tuvieron carga, positiva o negativa. La energía básica del Universo se maneja con dos cargas. La polaridad es omnipresente, y es lo primero que hay que asumir.
Todo funciona como una danza de polaridades y, si en mi vida las polaridades no están armonizadas, voy a tener diversos tipos de síntomas: físicos, psicológicos, emocionales, laborales y profesionales. La polaridad es, ante todo, movimiento.
Llevado al liderazgo ¿cuál es la esencia que necesitamos entender?
Lo primero que deberíamos entender es que la palabra liderazgo está en vías de extinción. Creo que ahora necesitamos, buenos “escuchadores”. Se está acabando la era de los gurús, los guías, los que ven las cosas antes que otros.
También está con nosotros, Ignacio Maldonado, para darnos su aporte en el mundo empresarial, en el bancario más concretamente. Es vicepresidente ejecutivo del banco más grande del Ecuador.
Y lo que más nos sorprendió a Margarita y a mí el año pasado en que, con Beyond, fuimos parte de un proyecto de gestión de cambio en tu banco, fue el hecho de que, cuando saludas, se siente que estás interesado en escuchar.
Algo importante es que estudiaste coaching en tres escuelas y has desarrollado una línea diferente de liderazgo.
El tema del coaching me identificó como ser humano y estuve en el punto medio en el que casi me dedico al coaching tiempo completo. Pero después entendí que el coaching es algo que puedes utilizar desde el punto de vista personal, para cambiar el concepto de liderazgo.
¿Cómo se ha desarrollado tu liderazgo en los últimos 10 años?
Mis primeros 15 años fueron de mucho estudio, trabajo y éxitos profesionales, en la carrera bancaria. Pero, de pronto, el banco en el que había llegado a pasar de cajero a socio, quebró, y sentí que el mundo se había acabado para mí. Perdí acciones, un gran capital y quedé con deudas.
Con el tiempo, comprendí que lo que me había pasado había sido beneficioso para mí porque cambió mi manera de ver las cosas.
Creo que el liderazgo integral implica darse cuenta de las cosas y comprenderlas sin ponerle juicio de valor. Solo comprendiendo que estaba viviendo la vida de una manera, y de pronto, supe que no seguiría por ese camino.
Hasta ese momento, el propósito de mi vida estaba centrado en el éxito económico y profesional y a partir de ahí, mi enfoque cambió. Había pasado por un punto de inflexión y lo estaba pudiendo ver.
Diez años más tarde, y después de haber sido contratado por el banco más reconocido del Ecuador, sentí que, de alguna manera, estaba volviendo a sentir esa pasión por el trabajo sin límites, y descuidando mi vida personal y los afectos.
Ahí me detuve para analizar cuál era mi propósito de vida y fue cuando encontré la carrera de coaching como una forma para entender cómo podía realizar un mejor liderazgo.
Y en ese momento, se inició para mí un camino más espiritual, dónde comprendí que mi rol en estas instituciones en las que trabajaba, era estar al servicio y apoyar en el desarrollo personal de las personas a mi cargo.
En los últimos 10 años, mi función en el banco cambió hacia la de un facilitador que acompañe a las personas a sacar lo mejor de sí mismo.
¿Qué porcentaje de gente como tú crees que hay en el mundo bancario?
El modelo de empresa ha cambiado a estructuras más planas, que desarrollen la innovación, y se necesitan metodologías distintas de trabajo. Casi no existen los jefes, y se le da autonomía de decisión al equipo de trabajo. El verdadero líder es el equipo y su capacidad para trabajar en un modo colaborativo.
Entonces ¿cuál es el rol de uno? Facilitar el trabajo del equipo. Y creo que, hoy en día, esto es una tendencia, independientemente del área de acción de la empresa.
¿Crees que el gerente general debe ocuparse del análisis de resultados y delegar la creatividad al talento humano? ¿Qué piensas de esto?
Delegar creo que es necesario, porque no se puede hacer todo. Pero delegar todo es peligroso, tanto para el gerente, como para su equipo y, para la organización.
Cuando llega el momento de delegar y también de poner límites, lo que el equipo ve no es lo que el gerente dice, ni lo que hace. A igual que sucede en la familia con los niños, se percibe lo que el que lidera siente.
Para todo, el líder necesita ser reconocido como un referente. Y eso no se lo va a dar un equipo de coaches o psicólogos organizacionales que trabaje para él.
¿Por qué nos cuesta tanto equilibrar las polaridades?
Porque la gente no se resiste a cambiar; se resiste a que la cambien. No es fácil vivir en la incertidumbre que significan las polaridades. Las polaridades son movimiento, son dinámicas y lo que cuesta es asumir los cambios, con equilibrio.
Reconocer que existen profesionales para cada oficio y aprender a delegar al que lo conoce, no siempre es sencillo. Pero es lo adecuado para agilizar los procesos.
El camino del conocimiento personal es infinito y, hacerlo de manera amateur, implica gastar más tiempo, más recursos y obtener resultados a un plazo mucho más largo.
Una capacidad fundamental para alcanzar el liderazgo integral es mantener la templanza, el equilibrio, la ecuanimidad, la firmeza, justamente cuando todo se tambalea.
¿Cuáles son tus prácticas más concretas con las que empoderas a la gente?
El liderazgo es un proceso evolutivo. En los niveles más alto de liderazgo hay menos ego, hay mucha más entrega a la sociedad, estás más enfocado en la transformación planetaria.
Hacia el otro extremo están estos personajes que disfrutan del control, el egocentrismo y actúan de manera dictatorial.
A mitad del camino, hay procesos evolutivos, y es ahí donde está la sociedad empresarial. Ahí se encuentra el líder creativo, que sale de la zona de control y se dedica a la gente de manera auténtica.
En este momento es cuando, realmente, sueltas el poder. Y esto lo haces, primero, teniendo la gente correcta en quien delegar.
Y esa delegación debe ser auténtica. Porque si lo haces fingiendo la delegación, y en un momento dado le quitas el poder, automáticamente esa persona se desvanece en su proceso de desarrollo.
¿Qué es lo que más cuesta al momento de soltar el poder?
¡Consciencia! El líder creativo es el que conjuga varias cosas: te dedicas a la gente, la empoderas y dejas a la gente correcta, en la posición correcta. De ahí, trabajas en tu autoconciencia, la comprensión, y profundizas cada vez más. Y este proceso nunca acaba.
Es importante que el líder sea auténtico porque, desde la autenticidad, podrá decir las cosas, por más incómodas que sean y en el espacio que sea. Y lo dice de acuerdo a su forma de pensamiento y su estructura de valores. No crea la conversación de acuerdo al interés del momento.
¿Eso es complejo de alcanzar a nivel Latinoamérica? ¿Cómo ves el intervalo de poder?
No creo que Latinoamérica se esté quedando fuera de estos cambios. Hoy en día se puede hablar de valores, de la familia, del amor, de estar sincronizado con uno mismo… Y este es un tema de los líderes.
¿Qué necesitan los líderes en estos momentos de tanto cambio?
¡Confianza! Una confianza básica, trascendente, que no está asentada en el pensamiento positivo sino en la seguridad de que, por más tremenda que parezca la crisis, todo está sostenido por un equilibrio universal.
Confianza en que, lo que está pasando, proviene de alguna forma de inteligencia superior y que nada ocurre si, sistémicamente, no fuera necesario por algún motivo.
Lo que venga de ahora es más, puede ser un mundo mejor o peor; no lo sabemos. Pero el líder tiene una percepción sutil de que algún sentido tiene lo que está pasando.
Un liderazgo integral, lejos de proponernos desarrollar herramientas o nuevos métodos, nos induce a desarrollar consciencia.
¿Cómo influye la cultura organizacional en tu equipo?
La cultura no es una estructura; es la gente que conforma una organización y su manera de ver la vida.
Mi propósito es “apoyar a otras personas a elevar su nivel de consciencia para encontrar estados armónicos de paz y felicidad”. Y, desde el banco, tengo la oportunidad de influir, directa o indirectamente, en unas 4000 personas.
¿Cuáles han sido tus aprendizajes más importantes de esta cuarentena por el COVID?
En este proceso, la empatía es fundamental para lograr conectar con las personas, sabiendo escucharlas, con sutileza.
Por otro lado, tener la capacidad de analizar la información con precisión y trabajar más la intuición.
Apuntalar la velocidad en la ejecución, en las cosas que son realmente importantes y van a impactar en el cliente.
La pandemia vino a acelerar un mensaje: Entender el para qué estamos acá. Yo llegué a la conclusión que la única razón por la cual estoy aquí es para mi desarrollo espiritual. El propósito del ser humano es encapsular el ego y que el ser lo gobierne y la forma de gobernarlo es a través de la comprensión, la solidaridad, ser flexible de pensamiento sin juicios de valor, y generar niveles de consciencia.
Creo que el riesgo más grande es que esta situación pueda recrudecer las posturas conservadoras. Porque esto está movilizando mucho miedo y, el miedo, puede ser tanto un factor transformador, como un factor de retroceso.
De ahí que debamos tener claro qué vamos a aportar: miedo, desinformación, egoísmo…
O vamos a hacer una apuesta concreta a la agilidad, la transformación, y a dar respuestas inmediatas, cualquiera sea el rol que cumplamos.
Antes de finalizar quisiera presentar un breve resumen sobre las características del líder incoherente y las del liderazgo integral.

Al grupo de virtudes del líder integral, Daniel lo llama “movimiento diferenciador”, con cualidades como valentía, asertividad, razón, seguridad y “trama integradora”, con cualidades como prudencia, compasión, introversión.
Lo que hoy hablamos está en este modelo que desarrollé que habla de las 5 virtudes del liderazgo integral.

Para los que deseen autoevaluar su liderazgo, pueden hacerlo a través de esta guía.
Como despedida, un aporte de Daniel Taroppio, a través de esta frase tan aleccionadora:

David Lamka es autor del libro “Las 5 virtudes del líder transformacional”, speaker internacional, co-fundador de Beyond – be extraordinary y se dedica a impulsar a las empresas y personas a desarrollar un liderazgo transformacional para evolucionar y lograr enfrentar los cambios actuales.
Descarga GRATIS el primer capítulo o compra aquí el nuevo libro “Las 5 Virtudes del Líder Transformacional”.
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